viernes, 17 de julio de 2020

Un verano atípico y paraísos improvisados (o no)


En medio de esta pandemia, cada uno de nosotros va buscando día a día ese pequeño paraíso donde respirar a salvo. Dícese la terraza de casa, el bar de toda la vida o nuestra playa favorita. Las escapadas a otros lugares que nos llenen de energía positiva se cuelan necesariamente en nuestra agenda, donde le hemos guardado un hueco privilegiado lleno de significados. Viajemos o no, el más importante paraíso que debemos cuidar es el que se encuentra dentro de nosotros mismos.  


Buscamos constantemente el respiro necesario y cualquier lugar distinto, cualquier momento diferente a la rutina o ese rato que dedicamos a lo que siempre nos ha gustado hacer, nos devuelve tranquilidad a nuestra alma, pócima suprema que nos resucita por dentro.

En este verano atípico nos negamos a dejar encerrado el entusiasmo, porque somos personas de mimos y necesitamos socializar para reafirmar que no todo ha cambiado. Amamos la naturaleza, los bellos paisajes, necesitamos de vez en cuando disfrutar de ese café bañado por una buena conversación, y seguimos haciendo nuestra vida, ahora con más cuidado, salpicándola de esos instantes que nos devuelven a tierra firme. Nuestro paraíso particular es también esa actividad en la que recrearnos, algo que nos encante y nos motive.


Después de pasar unos días fuera de casa he llegado a la conclusión de que somos capaces de cuidarnos y dejarnos cuidar. Tenemos en nuestro poder la oportunidad de comernos el mundo en pequeños bocados, nunca nos abandonó ni lo hará. Solo con despertarnos cada día nos sentimos afortunados y comprendemos, sobre todo ahora, que lo breve es doblemente bueno. Vivamos, escapémonos, trabajemos nuestra mejor versión y esforcémonos en ser aquello que queremos ser. 


Es nuestro momento, resurjamos en cada nueva emoción y utilicemos los sentimientos que nos provocan cada vivencia de la mejor manera que se nos ocurra. Aunque el monstruo nos obligue, como seres responsables, a enmascarar nuestra sonrisa, no dejemos que ésta desaparezca. Sonriamos por dentro y sigamos haciéndolo por fuera, cada día hay mil motivos para hacerlo. Quien la quiera ver la verá, pero lo más importante es que la sientas tú. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario