domingo, 8 de septiembre de 2013

Antonio y Silvia


Hay una foto enmarcada, que custodia mis noches y vigila mis sueños. A los pies de la escalera blanca que accedía a la casa de nuestra infancia, sentados y sonrientes, mi hermano Antonio y yo posábamos para la cámara con la inocencia de unos niños que se ponen frente al  objetivo. Para la instantánea, él puso su brazo por mi espalda mientras yo me encogía tímida y sonriente.  Ese gesto de protección  me ha acompañado toda la vida, porque he tenido la gran suerte de tener dos hermanos mayores que me han cuidado desde niña.


Seguramente todos recordamos dónde estábamos o qué hacíamos cuando Silvia y Antonio nos anunciaron que se casaban. Yo acababa de llegar del trabajo y me los encontré por sorpresa en casa, estaban reunidos en el salón junto a mis padres y mi hermana María. El cansancio quizás no me hizo dar botes en el sofá, perdonadme, pero ya sabéis que me expreso mejor escribiendo, una de las razones por las que estoy ahora aquí de pie. 

Hablando de escribir, hace poco leí una frase que me encantó. Decía: “Si te emociona pensarlo, imagínate hacerlo”. Silvia y Antonio imaginaron su boda y hasta esta preciosa iglesia hemos llegado, hilando esa emoción hasta convertirla en una realidad tan hermosa como su historia de amor. Ellos han querido hacernos partícipes de ella y del que ya es y será uno de los días más felices de sus vidas. El siete de septiembre de 2013 ya no es un día cualquiera, ya es, a partir de ahora, una fecha imborrable en sus corazones. 

Una de las mayores alegrías para mi familia es saber que mi hermano ha encontrado, en el amor de su vida, a una bellísima persona que me abrió su corazón llamándome hermana, que desde el principio dió todo su cariño a su nueva familia, y que ha demostrado, en todo este tiempo, ser una gran amiga que siempre encuentra el modo de estar cerca cuando la necesitas.
Antonio y Silvia sellan hoy su amor en Montefrío para comenzar a vivir una etapa que, deseamos, siga siendo imperfecta y mágica, única e irrepetible, real y auténtica, como aquellas fotos que siempre deseas tener cerca y que hacen que  sonrías observándolas. Como el recuerdo que retienes en tu memoria con mucha fuerza, por miedo a que desaparezca. Así es esta pareja, simplemente excepcional.
Y como dice la canción… es el momento perfecto y el lugar correcto…y puedo oírlo en el viento, el futuro es vuestro.