martes, 22 de abril de 2014

Conocimientos positivos

Nunca sabemos qué de verdad hay entre las líneas del refranero popular, hasta que experimentamos una situación concreta. Es en ese momento cuando acudimos a los refranes y comprobamos que son ciertos, relacionándolos perfectamente con lo que nos ha pasado. Y nos acordamos de aquel o aquella que los inventó y supo describir con maestría situaciones, trasladando a través de palabras y rimas el resultado de sus experiencias en la vida. Y, así, dicen "Que no hay mal que por bien no venga", que tiene relación con lo que dicen algunos de que todo ocurre por alguna razón o la pregunta que todos debemos hacernos, de si vemos la botella medio llena o medio vacía. Todo un elenco de expresiones que nos hacen construir un pensamiento positivo, necesario aun más hoy, en la época en la que vivimos, donde bien sabemos que hace falta una dosis de positivismo. Éste está demasiado olvidado por culpa de la mala fortuna, las situaciones difíciles de la vida o los agoreros que no ayudan en nada a que todo cambie. Si hacemos caso de los refranes positivos, el salvavidas de la vida bien podría decirse que está en nuestras cabezas.

Y como las cosas no se entienden igual sin ejemplos me remito a la vida misma. A aquellos hechos que  me llevan a acordarme de una profesora que no hace mucho, en el Máster que estoy estudiando, nos dijo que los alumnos que no faltaran a ninguna clase ya estaban aprobados. Ante mi sorpresa y el sentimiento injusto que me produjo tal anuncio (porque yo, como otros pocos compañeros no podíamos asistir a sus clases por trabajo) y, sobre todo, la incomprensión de ese tipo de evaluación, ya que no tenía nada que ver con el resto de las asignaturas, solo podía hacer una cosa.

Ella nos pedía a los que no cumplíamos tal requisito, realizar un trabajo de un máximo de 15 páginas sobre algún aspecto de la asignatura, Arte, Creación y Comunicación, que ella misma tenía que, previamente, dar el visto bueno. Y, con el refranero en la mano, pensé. Pues ahora voy a hacer un trabajo de 15 páginas, aunque si hago 16 no me va a preocupar, sobre un tema que me apasione, le voy a introducir un diseño original y lo voy a escribir como mejor sepa, y le voy a aportar fuentes gráficas, fotos, y le voy a diseñar una portada y un título que inviten a su lectura.


(Foto de Rocío Romero, publicada en Instagram en Enero de 2014 bajo la publicación: _postre: aguacate ecológico motrileño del cortijo de Paqui con miel natural de las abejas rústicas de La Puebla )


 ¿Que no hay mal que por bien no venga?, por supuesto. A pesar de mi falta de tiempo, de no poder ir a clase y de que, con todos esos factores en contra, tuve que dedicarle muchas horas al trabajo, teniendo muchos otros retrasados, me encantó hacerlo porque aprendí muchísimo en su elaboración. Ahora tengo cuentas en todas las aplicaciones de fotografía como Instagram, pude contactar con amigos para que me dejaran las fotos y sumergirme en sus historias a través de instantáneas compartidas en las redes. En definitiva, pude disfrutar de la fotografía que tanto me gusta (aunque la practique sólo como hobby)y de una manera distinta y muy divertida.

Es cierto que fue injusto que los que no asistieramos a clase porque nos era imposible hacerlo, nos vieramos en desventaja con el resto de los alumnos, pero esa situación tuvo una ventaja que pocos, estoy segura, supieron aprovechar. Estoy muy orgullosa de mi trabajo y, en cierta manera, me alegro no haber ido a clase, porque quizás aprendí mucho más así que escuchando las explicaciones de la profesora.

Yo misma me dejo llevar muchas veces por el desánimo, pero este tipo de situaciones te hacen, aunque sea por un momento, ver las cosas de otra manera.

Dejad que la botella os muestre su lado lleno.

:) Feliz martes