martes, 6 de octubre de 2015

Mi constelación en Madrid

Iba en el metro de Madrid camino de una "estrella" y escuché la palabra casting. Reaccioné de manera automática, como si alguien hubiera pulsado un botón en alguna parte de mi cuerpo para ponerme en alerta. Rápidamente, inspeccioné la multitud de aquel vagón en hora punta. Descubrí a una chica y un chico hablando sobre entregar un storyboard, supuse que habían sido ellos. Al acercarme a la puerta para salir, ella le enseñaba algo a él en su móvil y opinaban sobre unos actores. 

Éste ha sido una de las anécdotas de mi "búsqueda de estrellas" por Madrid, y es que, cuando te recorres la ciudad buscando una oportunidad laboral todas las señales te ponen alerta.


Aunque mi viaje fue fruto de un impulso, como buena Aries, antes de llegar a la capital española debía preparar bien mi plan. La improvisación no iba a ser una buena idea, sabía que todas mis estrellas (las localizaciones donde quería ir a dejar mi currículum) iban a estar lejos y por lo tanto me llevaría mucho tiempo llegar a ellas. Necesitaba organizarme con herramientas que me facilitara el trabajo. Así que señalé los destinos de una manera muy especial en mi cuenta de Google Maps. Debíamos elegir entre las opciones de la aplicación y lo tuve claro. 

-Me gustan más las estrellas, le dije a Ricardo (el ángel que me ha ayudado a planificarme). 
Le dimos diferentes colores, registramos las direcciones, webs y teléfonos... et voilá, listo, la constelación era una realidad. Qué título tan bonito para contar esta historia de instantes importantes. Me encantan las ideas que nacen así. 

Había otras cuestiones como por ejemplo cómo iba a aprovechar y gestionar mi tiempo (en alguna ocasión pasaba 45 minutos en el metro y otros 15 andando). Acompañándome en cada pequeña escala, otra gran historia de Albert Espinosa.
“Creer y crear están muy cerca, a sólo una letra de distancia, asi que si crees en los sueños, ellos se crearán

Se trataba de El mundo amarillo, otro de sus best seller. Él me ha traído hasta el fin del trayecto, acompañándome de principio a fin.


Mientras buscas también es importante estar informado a través de la prensa. Durante mi viaje leí un artítulo de John Carlin en el El País que me fascinó. Se llamaba La conquista de la felicidad, y en el este periodista británico asegura que “la infelicidad viene cuando uno genera expectativas que no puede cumplir”. 

Y es que el también escritor viajó a Paraguay para descifrar el enigma de porqué este país sudamericano está considerado, desde los últimos tres años, y según una encuesta global, el más feliz de la tierra. Descubrió que en guaraní, que es la lengua que casi todos los paraguayos hablan, no existe una palabra concreta para “mañana”, lo más parecido al concepto es Koera que significa “si es que amanece”, “lo cual se traduce en una actitud de no agobiarse por lo que pueda pasar en el futuro”, explicaba Carlin. Es un buen consejo y una perfecta receta para dejar que el universo fluya a tu favor.

Si estás buscando trabajo seguro que te han dicho alguna vez que ya no se estila ir en persona a entregar currñiculum, que es más efectivo por internet, otros dirían que para qué si, como el tuyo, reciben cientos. Es importante que cada uno tenga su propia forma de luchar por su sueño, de buscar su propio azar. Yo me guio por lo que siento y por lo que necesito hacer para ser feliz, como en esta ocasión en que me marché a Madrid. Es esencial que cada uno tenga sus propias estrellas, sea en la ciudad que sea y sea lo que busques en la vida. 
Y sí, opino que es importante ir en persona a entregar tu currículum, y la razón os la explico aquí.
“Solo cojo sueños que abrigan por las noches”, como decía el grupo La Fuga en su canción.
Me encanta el concepto tormenta de ideas, me gusta tener que inventar e idear nuevos proyectos para hacer lo que me gusta, me gusta el soldadito marinero y su lágrima en la arena, que nazca una planta en el asfalto, que me abracen por que sí, la banda sonora de El Piano mientras como algo rico, un te quiero de alguien al que sabes que le cuesta demostrar cariño, querer que un día o noche no acabe nunca, tener miedos y vencerlos, desear que el mundo se pare en un instante, el dibujo de las nubes sobre un paisaje amarillo y rojo y un campo de lavanda o amapolas en medio de la nada.






No sé de quien es la frase, pero apareció por casualidad durante el viaje a Madrid. Lo mágico es que yo no creo en las casualidades

Brindemos por las estrellas alcanzables