jueves, 1 de noviembre de 2012

Huele a invierno

Mientras estoy aún haciendo la digestión de la comilona familiar, típica del día de todos los santos, y en la que acabamos de celebrar también el cumpleaños de mi tita :D, no puedo evitar esquivar el sueño que me acecha para hablar de los encantos del invierno. Mis ojos no parecen serme muy fieles, tengo mucho sueño, la verdad, y el edredón, que ya cambié ayer, deshaciéndome de la colcha de verano, parece llamarme a su encuentro o atraerme como un imán.

Soy consciente de que aun estamos en otoño, pero las temperaturas a veces juegan a engañar al armario. Es una época en la que no sabes qué ponerte. Si vas en manga corta pasas frío, pero si en cambio optas por la larga, llega un momento en el que pasas calor, y aquí en Motril parece ser que ese desconcierto se magnifica. Dejando a un lado la ropa, que al fin y al cabo poco importa, voy a lo que voy: el olor del invierno.

Así como la primavera siempre deja aromas a jazmín, el invierno es inevitablamente olor a chimenea. En mi calle es muy característico ya en estas frías noches. Debo confesar que me quedo embelesada. Paseo por la noche, y no puedo evitar cerrar los ojos para sentir ese olor que envuelve el ambiente. Ya llegó una vez más esta época de castañas y moniatos asados y de mantita y sofá calentitos. De las charlas sentados alrededor de la mesa camilla y el braserito. En esta época ya comenzamos a irnos de cortijo y de hacer visitas al pueblo, de estar con la familia y amigos más asiduamente, de empezar a tejer las bufandas para el invierno, de quedarnos más en casa para resguardarnos de los cambios de temperatura. Cómo no, llega el tiempo también de los resfriados, de cambiar la hora, de comenzar a ver (y comprar) los polvorones en el supermercado, las luces en las fachadas de los grandes almacenes...ya huele a invierno.

Y mientras el invierno llega, seguimos disfrutando de los placeres de la vida que vamos encontrando en esta deliciosa espera. Aquellos que doblan nuestra voluntad haciendo que ésta se rinda ante ellos. Es por eso que he encendido el ordenador, pasada la media noche, a pesar del sueño y del edredón calentito.
¡¡Buenas noches!!voy a soñar con copos de nieve y jerseys de lana.