lunes, 1 de abril de 2019

Flores para los dos


Es uno de abril y rompe a llover de repente en Málaga. Me parece tremendamente romántico celebrar nuestro segundo aniversario así, escuchando la lluvia. La tromba no te ha pillado por los pelos recogiendo el ramo de la floristería. Hoy, hace dos años, celebrábamos la boda de nuestros sueños junto al mar. 


Llegas muy contento para darme la sorpresa. No conocías la floristería y han sido muy amables. No falta la paniculata (las flores de mi ramo de novia), las siemprevivas, los lirios y las margaritas junto a varias rosas blancas. Cada tipo de flor tiene su personalidad y has sabido escoger las que mejor nos describen.


Al final la realidad siempre supera a los sueños. Aquel 1 de abril  de 2017 las antorchas estaban encendidas durante nuestro ansiado atardecer. La luz sobre el mar y las montañas abrigaban el momento de compartir las celebraciones. Cada pareja es feliz en su pequeño mundo particular y, de alguna forma, nos quedamos allí para siempre.


Lo he hablado con amigos y estamos de acuerdo en que siempre hay algo en la organización de una boda que no sale como estaba previsto. Es normal con tantos detalles en los que pensar. Una amiga lamenta haber tenido preparado una réplica de su ramo de novia para arrojar a las invitadas en la celebración y que al final se le olvidara. Parece imposible que algo así se te pueda olvidar pero, pasa. Y, al final, no hay que darle mayor importancia. 

Sea como fuere, todos los novios acaban viendo su gran día como uno de los mejores de su vida en común.


En una boda suceden miles de cosas al mismo tiempo a tu alrededor y cada familiar y amigo tiene unos recuerdos diferentes, ha vivido momentos distintos y se emociona de su particular manera. Los novios queremos que nos cuenten anécdotas para encajar todas las piezas de la historia de nuestra boda. Porque todas las vivencias juntas completan el ramo ideal de recuerdos.


En este segundo aniversario nos hemos recreado en todos aquellos momentos. Tras la lluvia, hemos salido fuera a posar con nuestro ramo, el de los dos. Porque somos un equipo, y si alguno tiene un detalle con el otro, como traer a casa este precioso ramo de flores, al final acaba siendo algo para los dos. Unos mejores amigos que cuidan el uno del otro entre detalles y momentos inolvidables.