miércoles, 30 de julio de 2014

Grandes personas y grandes comunicadores

Hoy ha sido el último día de clase del III taller de presentadores de televisión del Laboratorio de la Voz. Igual que hiciéramos el primer día en el aula, por aquel entonces sin conocernos de nada, uno a uno nos hemos puesto delante de nuestros compañeros y nos hemos preguntado los unos a los otros cómo nos sentimos y qué pensamos de este mes, de las clases y de las experiencias que hemos vivido. Pero, en esta ocasión, con una historia de convivencia detrás muy intensa, que nos ha tenido con el nudo en la garganta las cuatro horas que ha durado la clase.

Nos llevamos amistades muy especiales, emociones muy fuertes y momentos irrepetibles. No hemos podido contener las lágrimas y eso ha hecho que este último día haya sido muy emocionante. Y es que, muchos de nosotros no queríamos acabar el taller, como una manera de no despertar de ese sueño en el que nos sumergimos de lleno hace un mes. La tristeza de tener que separarnos, de volver cada uno a su tierra después de habernos desnudado por completo en cada una de las clases, se ha mezclado con la alegría de condensar todos los recuerdos y todo el cariño que nos tenemos los unos a los otros.




El miedo al ¿y ahora qué? y al qué camino coger para encontrar una oportunidad laboral, ha estado muy presente en las preguntas y respuestas que hemos intercambiado hoy entre nosotros. Pero sobre todas las lecciones que debemos tener en cuenta, hay una que es la que más se ha repetido: el no hacer leña del árbol caído, porque es humano equivocarse y porque los errores enseñan muchas cosas y valores. Por eso, cuando nos vemos a través de una pantalla a nosotros mismos haciendo una cosa que nos podría haber salido mejor o que no ha quedado como nosotros esperábamos, no debemos fustigarnos ni avergonzarnos, sino seguir creciendo.Y esa ha sido una de las enseñanzas principales de Jorge Javier Vázquez, quien ha estado con nosotros a lo largo de todo el curso, intentando abrirnos los ojos para que el desánimo no cundiera entre nosotros.



Y así, un día más, hemos podido contar con los consejos de Jorge, un profesional con una historia muy grande detrás y una trayectoria sorprendente, que ha querido compartir con todos nosotros sus propias inseguridades y miedos, experiencias con las que nos sentimos identificados. Quería transmitirnos que la realidad del presentador no está tan mitificada como parece y que la profesión, como la vida misma, está llena de momentos en los que ser uno mismo y crecer a base de experiencias es lo que hará que realmente seamos buenos en nuestro trabajo. Sus consejos valen oro y su cariño hacia nosotros es algo que ya llevamos en el corazón. Es una gran persona y se ha volcado con nosotros demostrando su humanidad, la manera que tiene de entender la profesión de presentador y el mundo que lo rodea.



Gracias por todo, a todos y cada uno de mis compañeros y a los profesores que tanto nos han ayudado a tener los pies en el suelo y a hacernos sentir especiales. Ha sido un gran taller lleno de grandes personas y grandes comunicadores. Muchas suerte a todos!!no os olvidaré nunca. A algunos de vosotros os veo esta noche para celebrar tantos y tantos momentos juntos. Nunca pensé que 80 horas de clase dieran para tanto, pero, sobre todo, nunca imaginé que todo ese tiempo haya revolucionado tanto mi modo de ver la televisión y una profesión que está tan llena de tantas recompensas como desencantos, lugares donde reside la magia de la tele y de cuantos trabajan en ella.

Os veo pronto donde el destino, el azar o las circunstancias de la vida quieran llevarnos. Con nosotros siempre irán las ganas de equivocarnos para saborear las imperfecciones de la vida, que es lo que realmente nos forma como seres humanos capaces de transmitir emociones al público.