Sin darme cuenta, este espacio en
el que escribo ha cumplido dos años. Con Una
ofrenda de alimentos inicié el 5 de octubre de 2012 este pequeño rincón virtual
que tanto habla sobre mí y mi manera de ver mi mundo particular. Deseo de todo
corazón haber formado parte del vuestro, aunque solo haya sido por unos segundos,
lo que dura un instante.
Y de instantes, de momentos, de
ráfagas de esperanza, de sentimientos volátiles, efímeros pero intensos y
capaces de dejarnos cicatrices, de recuerdos colgados en el corazón, o de
experiencias que me marcan de una manera especial, seguiré hablando para que,
si os apetece, sigáis dejándome la energía que necesito para la siguiente hoja
en blanco.
Si os habéis reconocido en algún
pasaje de estas publicaciones, o si habéis disfrutado simplemente leyéndolas, gracias por hacer que todo lo que escribo
tenga sentido, a pesar de ser meros pensamientos de esta soñadora que, muchas
veces anda por las nubes de su imaginación y más despistada de lo que quisiera.
Las palabras no calan si nadie repara en que están ahí, así que gracias también
por hacer que las mías no sean invisibles.
Pues ya se marcha este mes de
aniversario de PALOMA. Ya huele a castañas asadas típicas en mi casa en la
celebración del Día de todos los Santos.
Y, aunque nadie lo diría por las camisetas cortas que aún lucimos por la calle a pesar de ser otoño, la Navidad está cada
vez más cerca. Prueba de ello es que ya sabemos que los guapos David Bisbal y
María Valverde protagonizarán el anuncio de Freixenet, que en los supermercados
ya se dejan ver las típicas cajas de bombones que se esconden tras ventanitas
que, cerradas, muestran dibujos navideños, por no hablar de los mantecados que comienzan a vender los chavales para poder irse de viaje de fin de
curso.
Con forme va pasando el tiempo,
va cambiando el significado de la Navidad. Cuando era pequeña ansiaba el día de
Reyes. Mi hermano Enrique nos despertaba a todos para bajar las escaleras y
mirar debajo del árbol y dentro de los calcetines que colgábamos en el borde de
la chimenea. Ahora es él quien tiene a sus pequeños en casa para vivir estas
fiestas de otra manera diferente. Ahora es él quien prepara el árbol para
emocionarse tan sólo con la cara que pondrán sus pequeños al ver qué le han
traído sus majestades de Oriente. Pero sea como fuere, sé que el niño que vive
dentro de él siempre estará alerta, siempre será el primero de la casa en
despertar cada 6 de enero para contagiar a los demás de esa magia.
En lo que a mí respecta,
últimamente, cuando pienso en que ya mismo está aquí la Navidad, se me aparece
en la mente la imagen de tres aviones que llegarán a Motril de tres destinos completamente
distintos. Y es que cuando te haces un poco más mayor, tus amigos y tú, sin más
remedio os separáis, y es en esas fechas cuando podéis volver a encontraros y charlar
como si no hubiera pasado el tiempo.
Y con estos pequeños pensamientos
me marcho a dormir.
GRACIAS POR DOS AÑOS
DE INSTANTES IMPORTANTES
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