Hace mucho tiempo que oí hablar de la efímera
independencia de Motril. Como motrileña y periodista despertó en aquellos
momentos en mí una gran curiosidad pero no ha sido hasta ahora cuando he
querido documentarme y entrevistar a aquellos que podían aportarme algo de luz
sobre aquellos hechos. Quería traeros este pedacito de historia al blog para
aquellos que os interese conocer algo de lo que se vivió durante esos tres días
históricos, del 22 al 25 de julio de 1873 en nuestra ciudad. Y por supuesto
para cuantos queráis comentar, añadir o compartir historia.
Aunque el problema catalán en el que se
centra actualmente la atención pública, política y mediática no se asemeje en
el fondo y forma a lo que se vivió en Motril, me parece anecdótico haber
encontrado firmas catalanas en el
documento que permitió en aquellas fechas la independencia de la ciudad costera
bajo la figura de un Comité de Salud Pública.
Ha sido emocionante tener en las manos el
documento, en el que se recoge lo que se sabe del origen de esos tres días en
los que Motril vivió uno de los capítulos, a mi parecer, más interesantes y
curiosos de su historia, algo que muchos motrileños aún desconocen.
Este pasado julio se cumplió el 144 aniversario de la efímera República
motrileña y es inevitable recordarlo ahora. En unos días agrios de tensión
política donde Cataluña es el centro de todas las miradas soy consciente que
resulta complicado poner la vista en una ciudad costera del sur de Granada.
Pero, aunque solo sea por la histórica buena relación de Cataluña con Granada o
por el influjo de los grandes terratenientes catalanes en la historia del
comercio en Motril es bonito hablar de lo que nos une.
Hay libros históricos, pertenecientes a la
colección local de la biblioteca de La Palma principalmente, que hablan de este
hecho y existe la importante labor de los aficionados como Gabriel Medina (al
que le agradezco también desde aquí su ayuda) e historiadores que han trabajado
tanto y siguen haciéndolo para que los motrileños conozcamos nuestro pasado.
La historia está ahí para recordarla en los
momentos cruciales. Y no me refiero a noticias como que un centenar de personas
partidarias de la independencia de Cataluña cortara el tráfico de la Gran Vía de
Granada como protesta. Sino saber hechos históricos como la coronación de Zorrilla
como poeta nacional ocurrida en Granada en el corpus de 1889 en el Liceo y en
la que una de las grandes embajadas invitadas fue la de Barcelona. Unos días en
los que los granadinos gritaban en pleno pulmón de la ciudad ¡viva Barcelona!
¡Viva Cataluña! (http://www.granadahoy.com/granada/Barcelona-Granada-coronacion-Zorrilla_0_863014117.html).
Y hablo por supuesto también de las familias
catalanas, como los Moreu que se instalaron en Motril atraídos por el negocio
algodonero que dio riqueza a la ciudad a partir de finales del siglo XVIII,
tras la crisis azucarera. Unos terratenientes que tuvieron mucho que decir
también en la declaración de independencia de Motril que se legalizó bajo la
figura de un Comité de Salud pública durante la revolución cantonal de 1873
para, según consta “armonizar intereses”.
Duró apenas tres días, del 22 al 25 de julio
de 1873, tres días en los que Motril fue independiente. Un hecho histórico
propiciado por una manifestación, como la que hemos vivido en vilo la inmensa
mayoría de españoles por televisión a las puertas del parlamento catalán, pero que
en la ocasión que nos ocupa debemos rememorar a las puertas del Ayuntamiento de
Motril (por aquel entonces establecido como cabildo) ese 22 de julio de 1873.
Alimentada y auspiciada por los republicanos
federalistas responsables del movimiento
cantonal que ya se había experimentado en muchas otras regiones, entre
ellas Cartagena que fue pionera en este tipo de acciones políticas, pero con
una gran participación de ciudadanos comunes. Dicha manifestación llegó al
extremo de entrar por la fuerza en la sala de protocolo del cabildo motrileño
desencadenando así este comité que, sin embargo, tuvo una corta vida al fin y
al cabo.
A la instauración de este cantón se negaba
rotundamente el cuarto teniente de alcalde de Motril, Juan Montero Bonachera,
que en ese momento era responsable de la institución motrileña al haber
desaparecido parte de la corporación en aquellos días revueltos en los que el
descontento y desazón general se había apoderado de todo el pueblo. La
incomunicación con Madrid, el malestar general de la población al sentirse
abandonados por parte de las instituciones y la confusión de esta ciudad hacia
su futuro, en la que se veía aislada del resto del país, ayudó a los republicanos
federalistas a lograr su objetivo y convencer a las masas que finalmente forzó
al pleno a tomar la decisión.
Junto a Bonachera en el cabildo motrileño
aquel 22 de julio de 1873 se encontraban
en dicho pleno una representación de los
grandes contribuyentes, adinerados empresarios entre los que se confirma,
gracias al documento, que había representación catalana, así como los capitanes
del regimiento de voluntarios de Motril, Ruperto Videurreta de la Cámara y Francisco Trujillo Carmona. Éstos intentaron convencer a
Bonachero de que cediera a la protesta del pueblo y de los republicanos, pues,
decían, las fuerzas policiales eran insuficientes para frenar un derramamiento
de sangre en las calles. Mientras esa discusión se producía de puertas para
adentro con todo ese pleno reunido intentando llegar a un pacto, fuera ya se disponían
los manifestantes a entrar para forzar la situación. Fue cuando, según consta
en el texto unos “paisanos” irrumpieron en el salón de protocolo del cabildo
exigiendo una independencia que finalmente llegaría. Ambos capitanes fueron proclamados
"presidentes" de esta efímera República de Motril
que acabó el 25 de julio una vez restablecido el contacto con Madrid.
Y, ciñéndome al texto anterior, el objeto de aquel pleno donde se decidió todo fue, textualmente “el hacer presente la gravedad de las circunstancias por las que se atravesaba visto el estado de la capital y el estado de excitación en que se encontraba esta ciudad efecto de las anteriores noticias, para que todos viesen el medio más prudente de evitar una colisión que diera por resultado la alteración del orden público”.
Y, ciñéndome al texto anterior, el objeto de aquel pleno donde se decidió todo fue, textualmente “el hacer presente la gravedad de las circunstancias por las que se atravesaba visto el estado de la capital y el estado de excitación en que se encontraba esta ciudad efecto de las anteriores noticias, para que todos viesen el medio más prudente de evitar una colisión que diera por resultado la alteración del orden público”.
El cometido, según el acta, sería finalmente
“garantizar el orden y evitar los males que amenazaban y que se encontraban
todos, sin distinción de colores
políticos, siendo establecido el comité sólo hasta que se reanudasen las
comunicaciones con Madrid y cesaren los motivos por los cuales se crea”.
Igualmente, la parte del ayuntamiento aseguraba en acta su permanencia para
“hacerse respetar”.
Muy bonita es la iniciativa que tuvo hace
unos años Gabriel Moreno al crear la Cápsula del tiempo para celebrar el 135
aniversario de esta efeméride. Una foto que protagoniza su perfil de Facebook.
Según él mismo explica su intención fue el
que la gente conociera la historia real de lo que todos llamaban "República Independiente de Motril". Y comparto su opinión cuando dice que “es curioso que
un hecho que sólo duró tres días aún fuese referenciado entre la gente, pero el
conocimiento sobre lo que fue, cómo y quién era totalmente desconocido”.
Asegura que lo que le animó a escribir varios libros y artículos sobre la
historia de nuestra ciudad fue el intentar que todos aquellos que quisieran
descubrir hechos importantes y personajes históricos pudieran tener material
para encontrarlos. Y de ahí nacieron sus libros entre los que destaca “Don
Motril”, un índice
onomástico de todos los libros y de centenares de fuentes adicionales relacionadas
con la ciudad.
Me parecen de lo más interesante estos artículos de prensa firmados por el
propio Gabriel (quien me lo ha hecho llegar) en el que destaca la tendencia
republicana de una importante parte de la población motrileña, una tendencia “incrementada
con la presencia de catalanes en la ciudad” y que a partir de 1869 ya se fue
haciendo notar y que fue preparando el escenario de lo que después ocurrió.
Entre esos catalanes destaca a Emilio
Díaz Moreu, “nuestro más ilustre marino motrileño que llegó a convertirse
en mano derecha del nuevo monarca español Amadeo de Saboya”. La abdicación en 1873
de este rey, cuya figura fue el primer intento en la historia de España
de poner en práctica la forma de gobierno de la monarquía parlamentaria, fue el
hecho que desencadenó aquel estado de
incertidumbre en toda la Nación española.
Como veis hay mucha historia que conocer,
multitud de detalles, personajes, decisiones y desencadenantes en torno a
aquellos tres días de Motril como independiente, amparado en un comité de salud
pública cuya única intención era salvaguardar la armonía de todo un pueblo. Fue
un episodio pactado por los que eran o sentían responsables de la situación que
vivía el pueblo motrileño, de decisiones forzadas por el momento y de un deber
que tejieron aquellos tres días hasta volver a tomar el rumbo correcto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario